Para
mí, El Camino de Santiago supuso un esfuerzo totalmente desconocido
y además estoy completamente segura de que por iniciativa propia no
lo hubiese hecho.
Por
esta razón, animo a todo aquel que tenga dudas en participar en esta
actividad porque la experiencia final es 100% gratificante.
Cada
día que pasaba me preguntaba una y otra vez que hacía yo allí.
Veía a compañeros más ilusionados que yo y además tenía la
constante sensación de que no iba a conseguir mi propósito.
Pero
en el momento en que llegas a la plaza del Obradoiro, te olvidas de
todo lo que has sufrido y corres con tus compañeros porque has
llegado a tu meta.
A
día de hoy no tengo ningún recuerdo negativo que sea comparable con
la satisfacción de haber logrado con tan solo 15 años lo que tanta
gente desea experimentar y agradezco al colegio que nos haya brindado
esta oportunidad.
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